
A finales de los años setenta, el matrimonio Pastrana & Jarque (Clos de l’Obac) juntamente con un amigo de la época, René Barbier (Clos Mogador) hijo de una familia de comerciantes de vino en Tarragona, inician la replantación de viñedo en el Priorat con la pretensión de llegar a producir grandes vinos.
Durante más de diez años, el proyecto no despierta el interés de los profesionales del vino, ni goza de la confianza de las entidades financieras, ni de las instituciones por razón de su gran envergadura, de la localización geográfica, de la falta de recursos económicos de los promotores, y de unos conocimientos enológicos inexistentes por parte, prácticamente, de todas las personas que, durante diez años 1979/1989 fueron constituyendo un grupo que, a pesar de todo, terminó por conseguir con creces la finalidad para la cual fue creado. Así, a principios de los ochenta, se unió al equipo el químico Toni Basté (Clos Basté Krug), catalán residente en Estrasburgo, poco después, le siguió Fernando García (Clos Setién) importador de vinos en Frankfurt, y el 1986, finalmente se integró el biólogo y responsable de la Escuela de Enología en el instituto de FP de Falset, Josep L. Pérez (Clos Martinet).
Los cinco, juntamente con un vecino de Gratallops que hacía de agricultor, Antonio Rosario (Clos Ballesteros Jové), forman el núcleo duro de todo el proyecto, núcleo que se cierra definitivamente en 1987 con la constitución de una sociedad agraria, y la integración en la misma del inglés Adrian Garsed (Clos Garsed), y el flamenco Luc Van Iseghem (Clos dels Llops), ambos comerciantes de vino en Londres y a Ostende, respectivamente. En 1989 y 1990, antes de embotellar la primera cosecha, una señora suiza, Daphe Glorian (Clos Erasmus) y un muchacho de la Rioja, Álvaro Palacios (Clos Dofí), se adhieren al proyecto, a pesar que nunca llegaron a formar parte de la sociedad.
En 1993, la Guía Mundial del vino considera Clos de l’Obac uno de los 150 mejores vinos del mundo.