Bodega
Clos de l’Obac (Gratallops, Priorat) produce vinos finos de guarda desde 1989. Los vinos Clos de l’Obac, Miserere y Kyrie, siguen un sistema de coupage invariable.
La génesis
Familia
Pastrana Jarque
Quiénes somos
Nuestra historia
desde 1978
Quintessencia
El proceso
creativo
Firma
El patrón
Clos de l’Obac
Lugar único
Priorat
A finales de la década de 1970, la pareja formada por el periodista Carles Pastrana (Tarragona) y la enóloga Mariona Jarque (Barcelona) se embarcó en la aventura de sus vidas: dedicar su futuro profesional y familiar al proyecto de recuperar los vinos del Priorat y, posteriormente, proyectar sus vinos a nivel internacional. Treinta años después de esos comienzos, junto con sus dos hijos, Guillem e Iona, quienes se han convertido en una parte esencial de esta historia, han establecido un proyecto que ahora es conocido y reconocido a nivel mundial.
PRIORAT D.O.Q
En 1979, Carles Pastrana y Mariona Jarque revivieron la tradición vinícola familiar al iniciar una larga aventura destinada a rescatar los antiguos vinos cartujanos en el corazón de las tierras que una vez estuvieron bajo la supervisión de los antiguos priors de Scala Dei, un monasterio ubicado en la región del Priorat. Crearon las fincas Clos de l'Obac y Miserere, replantaron viñedos a orillas del río Siurana en la región pre-litoral de Cataluña y establecieron la bodega Clos de l'Obac. A partir de 1989, se producen los primeros vinos, y CLOS DE L'OBAC se convierte en uno de los 150 mejores vinos del mundo según la Guía Mundial del Vino (Slowfood).
1978 - Los “Nuevos Priorat”
Entre finales de los años setenta y principios de los ochenta, la enóloga Mariona Jarque (Barcelona 1960) y el periodista Carles Pastrana (Tarragona 1952), juntamente con un grupo de personas de diferentes países de Europa relacionados con el comercio del vino, iniciaron un proyecto de replantación de viñedo en las cuestas de pizarra de la Era Paleozoica situados al sureste de Cataluña.
Hablamos de una tierra extremadamente dura conocida como Priorato Histórico donde, durante siglos, la dependencia del mundo rural se basó en la explotación del viñedo y la producción de vino en una geografía extrema, accidentada y de muy difícil acceso y trabajo que, desde el S.XII (1194) hasta el S.XIX (1843), estuvo administrada por la de la comunidad religiosa del Priorato de Escaladei, miembro La Grande Chartreuse de Francia.
1981 - El proyecto y el interés internacional
Conocido como Los Nuevos Priorato, stricto sensu, nació en Tarragona el 1978, consecuencia del reencuentro de dos amigos de la infancia, René Barbier y Carles Pastrana, cuando -en base a la replantación de viñedo y la recuperación de los vinos de una tierra conocida como Priorat– se propusieron un reto que durante años no despertó ningún interés hasta que, en 1981, los medios de comunicación internacionales especializados situaron aquellos nuevos vinos entre los mejores del mundo; un hecho que provocó el renacimiento y la proyección global de la que había sido la comarca más deprimida de Cataluña durante las últimas décadas.
1984 - Las plantaciones
Los trabajos comenzaron a mediados de los años ochenta con la recuperación de viejos viñedos aún en producción y, mayoritariamente, de nuevas replantaciones hechas en las cuestas de pizarra abandonadas durante décadas. Cinco años después -el 1989-, ya se elaboró la primera cosecha en base a conceptos y tecnologías actuales, a la introducción de nuevas variedades, y a unos conocimientos enológicos que hicieron posible la producción de los primeros vinos finos de guarda del Priorat, es decir, estructurados, elegantes y nobles.
1989 - La primera cosecha
Fueron tiempos de trabajo duro y paciente con la creación de nuevas plantaciones y la recuperación de algunas tierras antiguas aún en producción, buscando que aquellos nuevos vinos -en base a una fruta concentrada y unes elaboraciones muy cuidadas- expresaran el carácter y la potencia que las viejas pizarras del Priorat podían dar sin renunciar a la elegancia, la finura y la complejidad que las nuevas técnicas que la elaboración permitían. El camino fue largo y largo el tiempo para encontrar las mejores tierras y orientaciones, establecer los cupages, los sistemas de elaboración y el tipo de crianza, per llegar a los actuales Vinos finos de guarda. La primera cosecha de 1989, que acabó retumbando en medio planeta, se elaboró en base a un único coupage hecho con el conjunto de uvas de los viñedos del grupo de fundadores que -diez años atrás- habían iniciado el proyecto.
1990 - La diáspora de la creatividad
En la siguiente cosecha, la de 1990, cada uno de los miembros del grupo ya fue proyectando su propia bodega y definiendo las características diferenciales entre los “clos”, tanto por lo que se refiere al tipo de labor, a les diferencias de coupage y a los sistemas de elaboración y crianza. Fue en este punto de la historia donde hemos querido definir «La diáspora de la creatividad», cuando cada uno de aquellos Nuevos Priorat estableció sus características diferenciales.
1991 - Entre los mejores vinos del mundo
Antes que la mítica primera cosecha de 1989 se pusiera en el mercado internacional en 1991, tuvieron que pasar doce años de trabajo llenos de grandes momentos y també de algunos terribles e irreparables; fue en medio de ese contexto que les dos primeras cosechas de Clos de l’Obac, 1989 y 1990, ya fueron calificadas, por la guía francesa Gault & Millau y la Guía Mundial de Vino Slow Food, como uno de los mejores vinos del mundo y de valor internacional absoluto, respectivamente.
Clos de l’Obac, hoy
Cuatro décadas después de aquellos inicios, la proyección de los vinos Priorat y de las dos propiedades de la familia Pastrana & Jarque, Clos de l’Obac y Miserere, son hoy un referente dentro del panorama vitivinícola internacional, mientras que la fuerza del movimiento iniciado por aquel pequeño grupo de pioneros ha significado que, desde entonces, se haya construido en Priorat -por vinateros de todo el mundo-, cerca de doscientas nuevas bodegas, recuperando una zona que, como ya hemos dicho, había sido la más deprimida de Cataluña.
Orografía
Una de las partes más apasionantes a la hora de pensar un vino en el Priorat es la de decidir sobre los puntos clave que le darán características. La orografía irregular de las colinas de pizarra (llicorella) es uno de los factores determinantes, así como la composición de la tierra. També lo son la orientación de las cepas, el tipo de cultivo y las variedades escogidas...
Cultivo
De las variedades Garnacha, Cariñena y Cabernet Sauvignon, se conservan viejas plantaciones en vaso de una antigüedad ent cincuenta y ochenta años. El resto de cepas tiene una media de 25 años, y están formadas y reformadas según el sistema de emparrado doble cordón de Royat, o doble brazo.
Viñedos
Para los vinos Clos de l’Obac i Miserere se usan las variedades de Garnacha, Cabernet Sauvignon, Shiraz, Merlot, Tempranill Cariñena.
Para el blanco Kyrie se utiliza Garnacha Blanca, el Macabeo, el Charelo y el Moscatel de Alejandría.
El fruto y el sentimiento
En el Priorat, el reto de hacer un gran vino recae en combinar los factores que acabarán dándole su personalidad única. Eso se consigue a través de un proceso creativo tan emocionante que te empuja a dedicar la vida.
Cuando has probado un vino y conoce gente que lo ha hecho, puedes descubrir y entender la delicada línea que une el hombre con la tierra, el trabajo con el reposo, la cordura y la locura, los sentimientos con los sentidos.
Coupage constante
Los vinos Clos de l’Obac, Miserere y Kyrie siguen un patrón que repiten las variedades y porcentajes de uva cada año, según los coupages específicamente escogidos para cada uno de los vinos.
La finalidad es que, cada año, sean las características de nuestra climatología las que definan la personalidad de cada vino, y no que las características de un coupage aleatorio se usan para justificar la añada.
Con este sistema, a pesar de las variedades climáticas, el reto consiste en elaborar un gran vino cada cosecha, que refleje las características diferenciales del conjunto de las cuatro estaciones del año.
Estabilización natural
Los vinos Costers del Siurana pasan por un proceso de crianza extremadamente preciso y muy cuidadoso. Cuando el vino está acabado, y dependiendo de la temperatura exterior, durante tres cuatro meses se deja reposar dentro de las tinas de fermentación están en contacto con el frío intenso del invierno a fin y efecto de provocar la primera estabilización natural sin necesidad de usar tinas isotérmicas y palas removido.
Trasvase y reposo
Posteriormente, el vino, siempre por gravedad, se trasvasa a la sala de crianza. Allá permanecerá en botas de roble francés de las variedades Limousin, Allier y Nevers, entre diez y quince meses. Durante este tiempo se le somete a decantación a través de trasvases manuales controlados a vela. Así separamos los bajos que se van depositando en el fondo de las botas y que pueden ensuciar el vino y alterar sus gustos.
Durante los meses de crianza, las botas se exponen al frío del invierno del Priorat para provocar una segunda estabilización natural, aprovechando el momento para llevar a cabo las clarificaciones manuales con clara de huevo, bota por bota.
Historia
La decisión sobre donde se asentaría una comunidad monástica no era ni casual ni arbitraria. Era necesario considerar factores estéticos, geográficos, climáticos, sociales, políticos, económicos y religiosos, para así asentar la subsistencia de la comunidad en buenas y malas épocas.
El Priorat de Scala Dei se fundó en 1194 por el rey de Cataluña Alfonso I El Casto, pero ya en el año 1151 una pequeña comunidad de monjes viva en la villa de Poboleda, donde, entre otras cosas, probamente ya habían valorado las bondades naturales del sitio. ¿Pero cuáles eran estas bondades?
Geografía
En el sur de Cataluña, entre la cordillera litoral y prelitoral, el Priorat es una tierra de colinas y laderas orientadas por los cuatro puntos cardinales, con una altitud media de 350 metros. Están formados por ricos substratos de pizarra y se sitúan a lado y lado del río Siurana.
En esta geografía dura, los cultivos se benefician de una tierra extraordinariamente rica y un de microclima que genera la imponente Sierra del Montsant, barrera natural de 1.116 metros que regula la temperatura de la comarca, poniéndola al resguardo de las inclemencias del norte. El conjunto, clima, orografía y suelo (llicorella), confiere unes acusadas características organolépticas diferenciales, que dan al vino del Priorat la personalidad de la que hablan enólogos y sommeliers alrededor del mundo.
Paisaje
Al final, un paisaje de pino, encina, almez, chopo, romero, tomillo, zarza, poleo, viñedo, almendro, higuera, algarrobo, y tantas otras especies vegetales conviven con el águila, el corzo, el conejo, la perdiz, el cuervo, el lagarto o el jabalí, y todo en su conjunto define el paisaje de una estética y una espiritualidad inolvidable.