QUIENES SOMOS Y NUESTRA HISTORIA
1978
Los “Nuevos Priorat”
Entre finales de los años setenta y principios de los ochenta, la enóloga Mariona Jarque (Barcelona 1960) y el periodista Carles Pastrana (Tarragona 1952), juntamente con un grupo de personas de diferentes países de Europa relacionados con el comercio del vino, iniciaron un proyecto de replantación de viñedo en las cuestas de pizarra de la Era Paleozoica situados al sureste de Cataluña. Hablamos de una tierra extremadamente dura conocida como Priorato Histórico donde, durante siglos, la dependencia del mundo rural se basó en la explotación del viñedo y la producción de vino en una geografía extrema, accidentada y de muy difícil acceso y trabajo que, desde el S.XII (1194) hasta el S.XIX (1843), estuvo administrada por la de la comunidad religiosa del Priorato de Escaladei, miembro La Grande Chartreuse de Francia.
1981
El proyecto y el interés internacional
Conocido como Los Nuevos Priorato, stricto sensu, nació en Tarragona el 1978, consecuencia del reencuentro de dos amigos de la infancia, René Barbier y Carles Pastrana, cuando -en base a la replantación de viñedo y la recuperación de los vinos de una tierra conocida como Priorat– se propusieron un reto que durante años no despertó ningún interés hasta que, en 1981, los medios de comunicación internacionales especializados situaron aquellos nuevos vinos entre los mejores del mundo; un hecho que provocó el renacimiento y la proyección global de la que había sido la comarca más deprimida de Cataluña durante las últimas décadas.
1984
Las plantaciones
Los trabajos comenzaron a mediados de los años ochenta con la recuperación de viejos viñedos aún en producción y, mayoritariamente, de nuevas replantaciones hechas en las cuestas de pizarra abandonadas durante décadas. Cinco años después -el 1989-, ya se elaboró la primera cosecha en base a conceptos y tecnologías actuales, a la introducción de nuevas variedades, y a unos conocimientos enológicos que hicieron posible la producción de los primeros vinos finos de guarda del Priorat, es decir, estructurados, elegantes y nobles.
1989
La primera cosecha
Fueron tiempos de trabajo duro y paciente con la creación de nuevas plantaciones y la recuperación de algunas tierras antiguas aún en producción, buscando que aquellos nuevos vinos -en base a una fruta concentrada y unes elaboraciones muy cuidadas- expresaran el carácter y la potencia que las viejas pizarras del Priorat podían dar sin renunciar a la elegancia, la finura y la complejidad que las nuevas técnicas que la elaboración permitían. El camino fue largo y largo el tiempo para encontrar las mejores tierras y orientaciones, establecer los cupages, los sistemas de elaboración y el tipo de crianza, per llegar a los actuales Vinos finos de guarda. La primera cosecha de 1989, que acabó retumbando en medio planeta, se elaboró en base a un único coupage hecho con el conjunto de uvas de los viñedos del grupo de fundadores que -diez años atrás- habían iniciado el proyecto.
1990
La diáspora de la creatividad
En la siguiente cosecha, la de 1990, cada uno de los miembros del grupo ya fue proyectando su propia bodega y definiendo las características diferenciales entre los “clos”, tanto por lo que se refiere al tipo de labor, a les diferencias de coupage y a los sistemas de elaboración y crianza. Fue en este punto de la historia donde hemos querido definir «La diáspora de la creatividad», cuando cada uno de aquellos Nuevos Priorat estableció sus características diferenciales.
1991
Entre los mejores vinos del mundo
Antes que la mítica primera cosecha de 1989 se pusiera en el mercado internacional en 1991, tuvieron que pasar doce años de trabajo llenos de grandes momentos y també de algunos terribles e irreparables; fue en medio de ese contexto que les dos primeras cosechas de Clos de l’Obac, 1989 y 1990, ya fueron calificadas, por la guía francesa Gault & Millau y la Guía Mundial de Vino Slow Food, como uno de los mejores vinos del mundo y de valor internacional absoluto, respectivamente.
Hoy
Clos de l’Obac, hoy
Cuatro décadas después de aquellos inicios, la proyección de los vinos Priorat y de las dos propiedades de la familia Pastrana & Jarque, Clos de l’Obac y Miserere, son hoy un referente dentro del panorama vitivinícola internacional, mientras que la fuerza del movimiento iniciado por aquel pequeño grupo de pioneros ha significado que, desde entonces, se haya construido en Priorat -por vinateros de todo el mundo-, cerca de doscientas nuevas bodegas, recuperando una zona que, como ya hemos dicho, había sido la más deprimida de Cataluña.